SIMPOSIO
LA MÚSICA EN BOLIVIA. PRODUCCIÓN SONORA,
PODER Y CAMBIO SOCIAL
INTRODUCCIÓN
DISCURSO DE INAUGURACIÓN. XIV FESTIVAL NACIONAL DE MÚSICA LUZ MILA PATIÑO
I. PRODUCCIÓN SONORA EN LA PREHISTORIA
II. LO POPULAR URBANO SONORO
CRÉDITOS
ESTADO DE LA MÚSICA ACADÉMICA EN COCHABAMBA
Luis Moya 1
El presente artículo no tiene mayor aspiración que la de ofrecer una descripción, a grosso modo, del estado actual de la música que se ha denominado académica y que ha tenido un desarrollo singular en la ciudad de Cochabamba, a partir de un proceso histórico que proponemos situar a partir de los años 40 en el siglo XX. Trataré de desarrollar esta descripción desde la perspectiva de un testigo que recurre a otros testigos de la época para poder desentrañar el actual panorama musical.
A modo de introducción
“Académico”, no es quizá el término más apropiado para designar el desarrollo de una corriente de culto a la música que en la actualidad es permeable a las influencias de diversas corrientes contemporáneas de producción de sonido.
¿Qué queremos designar de todas maneras con este concepto, para aludir a un género musical que tiene una tradición antigua de sistematización escrita en su transmisión, una formalización metodológica de sus procedimientos didácticos en/de una organización curricular precisamente en sentido académico?
El concepto “académico”, sugiere la legalidad de las instituciones oficiales que establecidas en un contexto particular desarrollan una actividad pública o privada de oferta de servicios vinculados a la reproducción, transmisión, conservación, incremento y aplicación de conocimientos en el campo de las ciencias, letras o artes.
En el campo específico de la música estos rasgos constituyen la diferencia con otros géneros y estilos de música en sus procesos de creación, interpretación, transmisión, escucha y modos de difusión.
Debemos decir que este género se caracteriza ante todo por el sometimiento, en nada neutral, que guarda respecto de la racionalidad occidental que ha predominado históricamente en la cultura occidental europea, desde la edad antigua y que conforme se desarrollaba la civilización, y con ella, las artes y la música en particular, ha ido sufriendo una suerte de elaboraciones y re-elaboraciones organizativas no sólo en lo referente a las teorías de base sino a la producción sonora misma.
Desde las más antiguas referencias pitagóricas, estas formalizaciones y organizaciones teóricas sobre la música, las concepciones y los procesos de la elaboración musical, pero además las revisiones de sus métodos y sus técnicas, han derivado del desarrollo de las ciencias y de la racionalidad científica de cada época. Las formas de organización cognitiva de la realidad, las concepciones del mundo y las filosofías, son también representaciones aplicadas en los intentos de gobernar el material sonoro, desde la antigüedad greco-latina y desde la tradición judeo-cristiana hasta lo que consolida la actual cultura occidental, científico-capitalista.
Es desde esta racionalidad que la música ingresa en el ámbito social para constituirse, a la par de otras disciplinas, en académica; las teorías y métodos que construye, la elaboración de leyes, reglas y formas, producen una purga y depuración de la producción sonora, de modo que lo que va formalizándose como imagen estética última, es un objeto construido en función de las expectativas de una sociedad atravesada por esta racionalidad. Por su parte, la construcción de métodos, no es sino el intento de acceder a un gobierno meticuloso y detallista en la elaboración de la estética musical en lo referente a la melodía, ritmo y la armonía. Su formalización en la escritura como producto de este proceso histórico, esa cualidad que atrapa la abstracción de los sonidos en un papel desde el cual puede nuevamente reproducirse asumiendo el pensamiento de su creador, es lo que garantiza su transmisión.
El culto a esta música, por las características antes mencionadas, ha trascendido diversas fronteras geográficas y de estatus sociales, en un proceso complejo que le ha promovido su lugar en las artes, bajo un rasgo de tendencia universalista; es decir, tiende a representar la síntesis estética según los arquetipos que emergen en la elaboración musical de todos los seres humanos en todas las latitudes.
Dar este rodeo contextual, ha sido necesario en función de poder explicar la naturaleza estética que es abordada en la música que se ha denominado “académica”.
A partir de esto, abordaremos las consecuencias de este modo de concebir la música en un conjunto de prácticas sociales que se orientan a la producción sonora en el contexto cochabambino, tomando en cuenta que lo que se hace en tanto música académica “aquí y ahora”, no responde sino a una herencia occidental con una indudablemente influencia regional.
La institucionalización necesaria a toda praxis social, promueve procesos referidos a lo que hemos mencionado como reproducción, transmisión, conservación, incremento y aplicación de conocimientos, lo cual obliga a considerar la función de las instituciones formativas de este tipo de música.
Orígenes de la academia en Cochabamba
En el contexto cochabambino, tenemos un fenómeno que vamos a llamar social y que posee características singulares respecto de otros fenómenos que se han podido dar en el país con relación a la formación musical.
No se puede comprender el actual estado de la música académica en Cochabamba, si no se explica las consecuencias del momento histórico de las décadas de los años 40 a los 60 del siglo XX, época en la que coinciden diversas manifestaciones artísticas que promueven en la región un movimiento cultural hasta entonces inédito. La aparición de varios personajes vinculados a las letras, a la pintura y a la música, generan un clima de intensa actividad artística. En el campo de la música se da la convergencia de un significativo grupo de músicos cochabambinos que han recibido una formación que llamaremos tradicional en el sentido en que se desarrollaba a través de clases particulares; entre ellos se encuentran también autodidactas además de la presencia de muchos otros músicos formados en conservatorios de Europa; la mayoría de ellos son bolivianos, pero también hay una significativa presencia de músicos extranjeros, alemanes, italianos y españoles, que han decidido abandonar su país en vista de las convulsiones sociales y políticas que se desencadenan en toda Europa a propósito de la Segunda Guerra Mundial; entre ellos se encuentran interpretes instrumentistas, compositores, directores de orquestas, directores de coros y cantantes.
Esta es la época en que nace la Sociedad Filarmónica de Cochabamba y Gesta Bárbara; se funda la Academia de Bellas Artes “Man Césped”, como una institución aglutinante de la efervescencia de las corrientes artísticas; es decir, surge con una tendencia académica en la perspectiva del cultivo de la pintura, la poesía y la música. La fundación de la Academia “Man Césped”, puede ser considerada un hito en el desarrollo de la música académica de Cochabamba ya que marca la diferencia entre la formación discipular, individual y privada, y la formación masificada dentro una concepción y esquema institucional, cuya base organizativa funda la referencia sobre las que posteriores iniciativas de formación músicos desarrollaran sus estructuras curriculares.
Más tarde, a principios de los años 60, Franklin Anaya, que había regresado a Bolivia después de completar sus estudios musicales en una universidad chilena, influenciado del ímpetu académico, siendo parte de la Academia “Man Césped”, reconocerá que hay una dificultad en promover músicos entre quienes ingresan a esta institución. El esquema de esta institución no permite sino una formación artística fragmentada, que no logra integrar los restantes aspectos de la formación humana ni la vivencia cotidiana, tampoco puede consolidar una continuidad académica de los estudios artísticos, sino que la falta de articulación con un desarrollo curricular más integrado a la formación de las restantes áreas del conocimiento, produce una formación que no establece los efectos artísticos necesarios. El abandono prematuro del proceso de formación es el hecho más negativo. Esta observación le permite a Anaya reflexionar el esquema institucional para plantear el suyo, al fundar en homenaje al artista Eduardo Laredo, padre del violinista Jaime Laredo, el Instituto “Eduardo Laredo”. Anaya se guía para esto en una filosofía humanista en la que pretende integrar la formación artística, particularmente la música, al desarrollo cognoscitivo y científico de los estudiantes, en una concepción también integral del ser humano. Esto da como resultado el planteamiento de un esquema académico que permitirá ofrecer una formación de estudiantes en el campo de las artes, a la cual serán integrados elementos programáticos del sistema de la educación formal. Considera que las condiciones propicias para asumir a este régimen académico, es la selección de niños en edades entre los 8 y 9 años, vale decir, cuando están atravesando el nivel de tercero a cuarto de primaria. Los niños deberán tener además condiciones artísticas para la música: entonación afinada, oído musical, coordinación rítmica.
A los pocos años el esquema está encaminado, pero sufrirá una serie de modificaciones en su planificación y desarrollo académico a lo largo de los siguientes 40 años, hasta conformar su actual estructura.
Tanto la Academia “Man Césped”, como el Instituto Eduardo Laredo, parecen ser actualmente no sólo por el proceso histórico de casi medio siglo en ambos casos, sino por la experiencia de un constante desarrollo de organización académica- las instituciones de formación artístico musical más representativas y consolidadas como entidades académicas de formación en la región.
Estructuras académicas
a) La Academia “Man Césped”, es una institución de carácter público y estatal que asume la formación de los estudiantes de música con los componentes de una formación humana basada en la responsabilidad, el trabajo y el compromiso con el arte.
Forma principalmente músicos intérpretes instrumentistas en las diferentes áreas, vientos, percusión y cuerdas, pero también ha desarrollado un área dedicada a la educación de la voz; esta formación ofrece en la culminación de los estudios un título denominado Bachillerato Musical, un título de nivel de técnico medio que habilita a los estudiantes a un ejercicio eficiente en la interpretación de instrumentos de orquesta.
Recibe estudiantes de todas las edades a partir de los ocho años en adelante, que deseen formarse como músicos profesionales o mejorar sus conocimientos musicales. En la medida en que considera que todas las personas pueden desarrollar habilidades y destrezas en el campo de la música sobre la base del esfuerzo y dedicación personal, este esquema académico no requiere selección de alumnos con aptitudes.
Cada año esta institución acoge alrededor de 150 estudiantes y desarrolla diversas presentaciones artístico musicales en la ciudad.
La enseñanza de instrumentos y de la educación de la voz, se sustenta además por prácticas grupales orquestales y corales. Estas conformaciones son:
– Orquesta de Vientos Cochabamba
– Orquesta Folclórica
– Coro Municipal Cochabamba
– Coro Juvenil
b) El Instituto “Eduardo Laredo” es un centro de formación que intenta integrar la educación formal humanística con la formación artística en niños y jóvenes, a través de una organización en dos secciones:
– Sección de Humanidades, donde los estudiantes reciben la educación formal programada en los planes nacionales propuestos desde el Ministerio de Educación de Bolivia, y;
– Sección de Artes, donde los mismos estudiantes reciben una formación artística según una programación curricular autónoma.
Ofrece en su Sección de Artes, una formación artística en música (instrumento, canto, composición) y artes escénicas (danza y teatro). Este establecimiento de carácter público y estatal, además se ha ganado la categoría de “Proyecto Educativo Piloto a nivel nacional”.
Ofrece múltiples actividades artísticas a lo largo del año escolar, en beneficio directo de 350 estudiantes, seleccionados de establecimientos educativos del medio. Por sus aptitudes, habilidades, talento artístico y por sus capacidades cognitivas, el Instituto Laredo se ha convertido en un centro de referencia para las nuevas concepciones educativas, consignadas en los lineamientos de la actual Reforma Educativa.
La filosofía de esta institución, considera la realización artística como un importante aporte formativo a la educación integral de los individuos, no en tanto elemento simplemente complementario de la formación integral, sino como elemento esencial del crecimiento personal, de la sensibilidad social y humana, de la consciencia ecológica, de la inclinación a la estética, además del desarrollo de las habilidades y destrezas, que busca caminos de profesionalización al servicio de la cultura y de la comunidad local.
Esto ha permitido que estos jóvenes, apenas egresados de la institución, puedan integrarse de manera efectiva y creativa, aportando al desarrollo cultural y artístico e integrándose a la dinámica laboral y productiva del medio, probando así cada vez, su pertinencia respecto de los objetivos de aportar al desarrollo de la región.
Organización del pensum académico del Instituto Laredo
La organización académica estratégica de la Sección Artes, a través de sus departamentos de Música y Artes Escénicas, está compuesta además de las siguientes áreas:
– Área de estudios de solfeo y teoría de nivel primario
– Área de materias técnico-teóricas de nivel secundario
– Área de practica Orquestal y música de cámara
– Área de instrumentos de cuerda
– Área de instrumentos de viento y percusión
– Área de canto y coro
– Área de piano
– Área de guitarra
– Área de composición musical básica
– Área de Música folclórica
– Área de danza y teatro
Esta organización ha dado como resultado, la conformación de varias agrupaciones de interpretación:
– Orquesta Sinfónica Juvenil
– Orquesta de Niños (Cuerdas)
– Orquesta de Vientos
– Coro Juvenil
– Coro de Niños
– Orquesta de Instrumentos Nativos
– Orquesta de Guitarras
Otras instituciones
Aunque nos hemos referido a la Academia “Man Césped” y al Instituto Laredo como los principales centros de formación, que no sólo aglutinan una importante cantidad de estudiantes, sino que hemos también destacado su trayectoria a lo largo de los últimos 40 años, no podemos dejar de mencionar la presencia también significativa y reciente en el campo de la formación académica musical, de centros de formación como el “MusArt”, cuya labor en la formación de profesionalización de la interpretación pianística ha sido significativa gracias a convenios con instituciones internacionales como el Centro Nacional de Escuelas de Arte (CENEART) y la Escuela Nacional de Música de la Habana-Cuba. El “MusArt” se ha constituido actualmente en un centro de referencia metodológica nacional en la didáctica pianística. Por otra parte, está el Conservatorio “Milan”, que cuenta con una oferta diversificada en la enseñanza de la música: música electroacústica, música clásica, música popular y folclórica.
Tampoco podemos dejar de mencionar en el contexto cochabambino la presencia de las iniciativas individuales de formación musical en las que, los estudiantes, no necesariamente son asistentes matriculados en instituciones, sino que optan por una enseñanza a través de clases particulares, en campos como los de la interpretación instrumental o el canto.
Por último, la presencia de destacadas agrupaciones que ya desde un significativo recorrido en la presentación de obras de compleja interpretación, han difundido en el medio obras de compositores nacionales y extranjeros de diversos periodos históricos, ganándose el reconocimiento del público.
Para mencionar las más significativas:
– Orquesta Sinfónica Municipal de Cochabamba
– Camerata Concertante
– Trío Apolo
– Música ProArte
Entre las agrupaciones corales
– Ars Viva
– Vox Temporis
Por otra parte, se dan iniciativas de grupos de cámara, quintetos, cuartetos, tríos, dúos instrumentales, o cantantes con acompañamiento, que a lo largo de cada gestión realizan presentaciones esporádicas que en conjunto llegan a cubrir, sin embargo, una agenda de intensa actividad musical.
Instituciones de auspicio
El actual panorama artístico musical en Cochabamba, no se habría dado, sin la participación de instituciones públicas y privadas, las cuales, con aportes significativos y constantes, han cumplido y cumplen una función decisiva en el desarrollo de las presentaciones artísticas en general, pero además de una manera comprometida, es decir, continua, en el desarrollo de la difusión de la música académica en particular.
Entre las instituciones que frecuentemente van apoyando presentaciones musicales, están:
– Honorable Alcaldía Municipal de Cochabamba
– Fundación Arnoldo Schwimmer
– Centro Pedagógico y Cultural “Simón I. Patiño”
– Sociedad Filarmónica Cochabamba
– Transportadora de Electricidad
– Los Tiempos
– Almanza
– Embajada de España
– Empresas privadas
– Personas particulares
– Otros
A manera de conclusiones
La música denominada académica en Cochabamba ha dejado de ser aquella práctica en que las élites sociales reconocían la fascinación de una identidad coagulada. En estos entrecruces de géneros y estilos que subsisten en la cultura citadina cochabambina, han dejado absolutamente permeable, aquel ideal de música académica que se desarrollaba al margen de las influencias de lo que la iglesia había denominado profano. Ya no se da tal fenómeno. Desde los últimos años del romanticismo a finales del siglo XIX y el ingreso en la ruptura de la tonalidad a principios del siglo XX, la música denominada académica o erudita, ha recurrido por necesidad estética, a lo largo de este siglo a la búsqueda de nuevas sonoridades y nuevas formas estéticas, las cuales sin duda las ha ido encontrando en varios casos, en la producción sonora de aquellas culturas no occidentales. El proceso contrario también ha sido recurrente: las culturas no occidentales asimilan formas expresivas musicales de otras culturas y de la cultura occidental y capitalista en particular.
La actualidad musical nos demuestra un panorama que como en todo el concierto cultural, subsisten múltiples e incontables géneros y estilos, que producen a su vez modos diversos de creación e interpretación musical en las consideraciones de la elaboración temática, en la armonía, el timbre, las escalas, la métrica y la forma, demostrando así, los caminos insospechados que le imprimen los grupos sociales y sus concepciones, en el momento de producir el material sonoro.
El proceso de institucionalización de la enseñanza de la música, en su dialéctica con el desarrollo de la sociedad y la cultura misma, ha producido fronteras permeables entre estos géneros y estilos. Es frecuente que los músicos identificados con el folklore, el rock o el jazz o cualquier otro género musical, acudan a la música académica a fin de poder acceder a una teoría consistente que permita una comprensión más adecuada de la producción de sonido que ejercita. Al mismo tiempo, aquellos estudiantes que han atravesado por las aulas de la formación académica en alguna de estas instituciones, son los que precisamente, aún sin intención de dedicarse a la música de una manera profesional, conforman grupos de música en todos los géneros que tienen vigencia en la vida cultural cochabambina. Las diversas conformaciones orquestales cuentan con la participación directa de un 80% a 90% de estudiantes principalmente del Instituto E. Laredo y un 10% a 20% de otras instituciones formativas. Aún más, a lo largo de los mencionados 40 años estas instituciones y el particular movimiento cultural ha producido una generación de músicos profesionales, es decir, personas que, habiendo iniciado sus estudios musicales en alguna de estas instituciones, optan por la música como medio y forma de vida. Por otra parte se ha dado que de varias formas, un grueso contingente poblacional, al estar vinculado de alguna manera a la música y al arte en general, no sólo por la presencia de las instituciones, sino por los procesos de vínculos sociales como mecanismos efectivos de reproducción y circulación de elementos culturales, se produzcan protagonismos artísticos, ya sea participando directamente en alguna agrupación, o por lo menos participando como parte de un público crítico que puede situarse en la preferencia de algún género musical con una convicción estética definida, o ejercitando un tipo de escucha que discrimina los niveles de elaboración interpretativa, compositiva y estética. Un importante sector de ex alumnos de estas instituciones formativas, incorpora a sus profesiones no artísticas como la sociología, la psicología, la arquitectura, a la medicina, etc., actividades vinculadas al arte y a la música en particular. La música se constituye en una actividad transversal necesaria y complementaria a la actividad profesional.
Cabe destacar, por último, la aclaración de una idea equivocada, que sugiere que la interpretación de música académica únicamente replica indefinidamente las tendencias estéticas de la Europa clásica: Bach, Mozart, Beethoven, etc. Una nueva generación de compositores contemporáneos, ha desarrollado en Cochabamba, tanto como en el interior del país, la exploración, sin prejuicios ni límites, de la sonoridad de las regiones andinas, no sólo en los aspectos instrumentales, sino rítmicos y estéticos. Puedo afirmar sin lugar a equivocarme que la música académica en Cochabamba, ejercita una dinámica de influencias mutuas con los elementos sonoros del contexto, cuyas elaboraciones retro-alimentan constantemente las sonoridades contemporáneas hacia todas las tendencias musicales.
Si puede aludirse a un cambio social a partir de la música y la producción sonora en Cochabamba no es difícil advertir la dimensión de este panorama socio-cultural, que no dejará de mostrar sus verdaderos efectos a partir de las próximas dos décadas siguientes.
Este es el fenómeno social que se está dando en Cochabamba, como resultado de toda esta serie de elementos articulados, que han tenido como visión fundamental la formación artística de la niñez desde esa época que hemos situado entre los años 40 y 60 del siglo pasado.
Bibliografía
Sánchez, Walter (Editor)
La música en Bolivia. De la prehistoria a la actualidad. Cochabamba: Fundación Simón I. Patiño. Cochabamba-Bolivia
UCB
2002 “Música y Músicos en Bolivia”. Revista de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, Nº 11. La Paz.
Testimonios
Patricia Anaya (Julio de 2004).
Betty Matienzo (Julio de 2004).
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1 Músico y psicólogo
2 Eduardo Caba, Humberto Vizcarra Monje, Simeón Roncal, Teófilo Vargas, Armando Palmero, Víctor Rodrigo, Manuel Rodríguez, Eduardo Laredo, Felipe Arce, Carlos Flamini, E. Frankenstein. Posteriormente, Rafael y Franklin Anaya, son algunos de los nombres de músicos más sobresalientes, nacionales y extranjeros. Las anécdotas destacan inclusive la presencia de un copista de partituras de origen alemán.
3 El apoyo de la Fundación Arnoldo Schwimmer, ha sido decisivo en el desarrollo de proyectos de formación artística y particularmente en la promoción y difusión de la música académica.
4 La Sociedad Filarmónica de Cochabamba, desde el año 2003 y a iniciativa del violonchelista Miguel A. Salazar, ha promovido la conformación de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, cuya labor ha tratado de integrar a aquellos músicos profesionales que por distintas razones radican en el exterior. Esta iniciativa ha dado como resultado, una orquesta de elevado nivel profesional, capaz de interpretar los repertorios de mayor exigencia técnica provenientes de todas las latitudes, de todas las épocas y corrientes estilísticas.